Salteado de garbanzos y brócoli con almendras tostadas

Las legumbres no tienen por qué ser plato de cuchara. Este salteado demuestra que los garbanzos pueden reinventarse en una receta ligera, sabrosa y llena de color.

El secreto está en combinar ingredientes sencillos con un toque de creatividad y aprovechar todo su potencial nutritivo: proteínas, fibra, vitaminas y ese tipo de energía que sienta bien, especialmente si haces deporte o simplemente quieres cuidarte sin renunciar al sabor.

Duración: 15 minutos
Comensales: 2
Dificultad: Fácil
Menaje utilizado: sartén Vitrinor Alborán, en acero forjado ECO

Necesitas:

· 200 g de garbanzos cocidos (en conserva, bien escurridos)

· 150 g de brócoli

· 1 diente de ajo

· Almendras laminadas

· Aceite de oliva virgen extra

· Una pizca de sal

¿Cómo se hace?

Pon a punto los ingredientes.
Lava el brócoli y córtalo en ramilletes pequeños. Pela el ajo y córtalo en láminas finas.
Los garbanzos ya cocidos serán los protagonistas de esta receta exprés: solo necesitan un buen acompañamiento y una sartén que los trate con cariño.

Tuesta las almendras.
Calienta la sartén Alborán sin aceite y añade las almendras laminadas.
Remueve constantemente hasta que tomen un tono dorado y desprendan ese aroma a tostado que anuncia que están listas. Resérvalas.

Sofríe el ajo.
En la misma sartén, añade un chorrito de aceite de oliva y dora el ajo a fuego medio. El olor te avisará antes de que cambie de color: no lo dejes pasar de dorado, o amargará.

Añade el brócoli.
Incorpora los ramilletes y saltéalos unos 5 minutos, hasta que estén tiernos pero crujientes. El brócoli es una joya nutricional: aporta fibra, hierro, calcio y un buen chute de vitamina C, perfecto para reforzar las defensas y mantener la energía.

Incorpora los garbanzos.
Agrega los garbanzos escurridos, mezcla bien y cocina todo junto 3 minutos más.
Los garbanzos son fuente natural de proteína vegetal, magnesio y ácido fólico: una combinación ideal para deportistas o para quienes buscan energía sana sin exceso de grasa.

Sirve y remata.
Sírvelo directamente en la sartén —la Alborán luce de maravilla en la mesa— y espolvorea por encima las almendras tostadas para crear un delicioso contraste entre lo tierno, lo crujiente y lo aromático.

Consejo:

Si quieres darle un toque distinto, añade una pizca de comino, cúrcuma o unas gotas de limón al final.

También puedes sustituir el brócoli por calabacín o espinacas: cualquier verdura salteada gana cuando la cocinas en una sartén adecuada.

Un plato rápido, equilibrado y sin una gota de culpa: muy poca grasa, mucha fibra y todo el sabor.

Porque cocinar saludable no es cuestión de tiempo, sino de imaginación… y de una sartén que responda a la primera.