Solo necesitas una sartén antiadherente ganas de comer bien. Porque sí, esta receta es fácil, rápida y saludable. Las alcachofas ayudan a la digestión, son diuréticas y bajas en calorías. Las gambas, por su parte, aportan proteínas de calidad y un toque salino que les va perfecto. Un plato que lo tiene todo y no da nada de guerra.
Comensales: 3 o 4 personas
Tiempo de preparación: pongamos media horita
Dificultad: de risa
Ingredientes:
- 400 g de corazones de alcachofa
- 16 gambas congeladas
- 2 dientes de ajo
- 50 ml de vino blanco
- 50 ml de caldo de pescado
- Perejil fresco picado
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Preparación:
Pica los ajos sin miedo (pero sin pasarte) y échalos a tu sartén con un chorrito de aceite a fuego medio. Cuando empiecen a dorarse y a soltar aroma, añade los corazones de alcachofa. Dales una vuelta con cariño y deja que se hagan hasta que estén bien tiernos. Si has optado por corazones de alcachofa en conserva, necesitarás menos tiempo, pero te habrás equivocado, porque ahora las alcachofas frescas están en su punto y es una pena que no las aproveches.
Vierte el vino blanco y espera un poco a que el alcohol se evapore. En cuanto deje de oler a bodega, añade el caldo de pescado y cocina todo junto unos minutos más, a fuego medio.
Llega el turno de las gambas: súmalas a la sartén y cocínalas a fuego medio-alto. Con vuelta y vuelta basta, lo justo para que estén hechas y jugosas.
Remata con un poco de perejil fresco picado por encima y sirve caliente. Si mojas pan, no te vamos a juzgar.