Pescado rehogado en su jugo
A veces el secreto de un plato sabroso está la sencillez: buenos ingredientes, remover un poco y dejar que la magia del calor y el vapor haga el resto. Es el caso de este plato en el que cocinamos en la misma cacerola unas porciones de pescado y su propia guarnición, con un resultado saludable y lleno de sabor. Gracias a la superficie antiadherente, precisaremos muy poco aceite para su elaboración.
Comensales: 2 personas Tiempo de preparación: lo que tardas en pelar, cortar y pochar, pon 25 minutos. Dificultad: poca, o más bien ninguna.
Necesitas:
Para 2 personas
Dos patatas medianas Una cebolla grande o dos medianas Dos calabacines medianos Un chorrito de aceite de oliva Dos o tres piezas del pescado que te guste, blanco o azul, mejor sin espinas Sal y pimienta al gusto
¿Cómo se hace?
Pela las patatas y la cebolla y limpia el calabacín.
Córtalos en rodajas ni muy finas ni muy gruesas; con la ayuda de una mandolina lo harás en un momentito.
En una tartera antiadherente grande echa un chorrito de aceite de oliva. Ponlo a fuego medio y añade las patatas y la cebolla. Salpimienta al gusto, remueve un poco para que se mezcle y al ratito incorpora el calabacín. Tapa y deja cocer a fuego medio. Si la tapa es de cristal podrás ver cómo se va pochando todo en su propio jugo, sin necesidad de añadir agua. Cuando veas que la patata se rompe con un simple toque, será el momento de colocar por encima de todo el pescado, al que habrás añadido sal y pimienta. Vuelve a cerrar y deja pasar unos 5 minutos más o menos, dependiendo de tu gusto y del tamaño de las porciones de pescado.
Y ya lo tienes: un plato sano y sin grasa y en el que hemos sacado todo el partido al sabor auténtico de cada ingrediente, para dejar a los comensales… de una pieza.
