Planifica la nochebuena para que sea una noche de paz.

Si después de un evento de este tipo sueles tener estrés postraumático, respira hondo y lee esta lista de consejos para que en tu próxima cena de Navidad se diviertan todos, incluso tú.

  1. ELIGE BIEN A LA GENTE: Cuando invites a tus amigos y/o familia, asegúrate de que se lleven bien y tengan cosas en común. Nada de caras raras, ¿eh? Y olvídate de las invitaciones ultramodernas, las puedes hacer como te dé la gana: email, mensaje, una lista de la llamada de toda la vida… todo vale, Pero puede resultar muy interesante hacer una lista de whatsapp solo con este tema: facilitará mucho el reparto de tareas y contribuciones de los invitados.
  2. ¿ALERGIAS Y TAL? antes de organizar el menú, pregunta si alguno de tus invitados tiene alergias, intolerancias o es vegetariano, vegano, caníbal… ¡Así nadie se disgusta y cenamos todos!
  3. VE A LO SEGURO: elige platos que ya hayas probado antes y te salgan genial. ¡Nada de experimentos de última hora! A menos que quieras impresionar a tus comensales con algo de lujo, en ese caso, practica antes para asegurarte de que sale perfecto.
  4. COCINA DE FORMA INTELIGENTE: evita recetas súper complicadas y que te hagan sudar la gota gorda. A veces, lo sencillo es lo mejor. No es el momento de agobiarse. Y piensa que en estas fechas, antes de la cena o la comida, probablemente haya habido algún aperitivo o alguna copa, con lo cual la gente no viene muerta de hambre precisamente.
  5. REVISA EL INVENTARIO: asegúrate de tener todo lo necesario para la mesa: platos, copas, cubiertos, servilletas… y, mucho más importante, contar con el menaje adecuado y en buen estado para poder cocinar todo lo que quieres. En Nochebuena no vas a encontrar ninguna tienda de menaje abierta, eso seguro.
  6. TEN UN MARGEN DE RESERVA: cuenta con que siempre puede haber algún imprevisto o invitados extra. Así que haz un poco más de comida de lo necesario, por si acaso. Lo que sobre, te aseguro que no se desperdicia.
  7. PLANIFICA LOS PLATOS: piensa en recetas que puedas ir preparando con tiempo o que requieran poca atención de última hora. La idea es que puedas disfrutar de la fiesta, no estar encerrado/a en la cocina todo el tiempo.
  8. ADELANTA TRABAJO: si hay recetas que puedas dejar hechas con anticipación, adelántate y ahorra tiempo. Puedes cortar las verduras el día antes o hacer postres que puedas conservar en la nevera.
  9. VE LIMPIANDO: no dejes que los trastos sucios se acumulen. Lava según vayas ensuciando, así no te encontrarás con que tu regalo de Navidad es una cocina con una montaña de cacharros por fregar. ¡Si tienes lavavajillas, que no pare!
  10. UN POCO DE INFORMALIDAD: no te obsesiones con hacer una cena ultra elegante. Recuerda que esto es una reunión con amigos y familia, no una fiesta de alto caché. No hace falta que te mates haciéndolo todo a mano, puedes comprar algunos aperitivos del supermercado sin problema.
  11. DELEGA: Si tienes invitados de confianza, pregúntales si pueden aportar algo al menú. ¡No te quieras cargar todo tú! Y si alguien se ofrece para ayudar durante la fiesta, dale una tarea fácil como servir las bebidas, cortar el pan, untar canapés, entretener a los peques… cosas así.
  12. COMIENZA TEMPRANO: cocinar para un grupo grande lleva su tiempo, así que calcula un par de horas más de lo previsto, por si las moscas. Este Consejo es especialmente valioso en Nochevieja, ya que hay un límite real de tiempo, a menos que no nos importe considerar las uvas como parte del aperitivo.
  13. PON LA MESA EL DÍA ANTERIOR: ahorra tiempo y monta la mesa el día antes. Saca los manteles, los cubiertos y también puedes añadir algún centro de mesa chulo. Eso que te ahorras en el último momento. También es una tarea muy bonita para encasquetársela a los invitados de confianza.
  14. COMPRA HIELO EXTRA: el hielo, en veladas como esta, nunca parece ser suficiente. Acumula todo el que puedas o encárgaselo a varios invitados para que haya un buen stock.
  15. ¡QUE COMIENCE LA FIESTA!: recuerda que tú eres el alma de la fiesta. Mantén el buen ánimo, aunque algo no salga como esperabas. Si quieres que tus invitados se sientan cómodos, lo mejor es demostrar lo cómodos que nos sentimos nosotros.
  16. MÚSICA, POR FAVOR: haz una lista de reproducción con canciones que animen la fiesta. Otra opción es poner el Bluetooth en marcha y permitir que tus invitados elijan la música. ¡Lo importante es pasarlo bien! Si hay demasiada división de opiniones, el dueño de la casa siempre manda.
  17. OJO CON LOS ENTREMESES: no te pases poniendo un montón de aperitivos antes de la cena principal, deja que la gente aún tenga sitio para disfrutar de tus maravillosos platos. No los repongas si se acaban, aunque te cueste resistir la tentación, a menos que quieras ver cómo queda tu plato principal muerto de risa.
  18. VELAS: nada como unas velas para darle un toque acogedor al ambiente. La luz tenue hace que todo el mundo se vea más guapo y misterioso. Cuestan poco y aportan mucho.
  19. EL POSTRE: siempre dicen que el postre tiene su propio departamento en el estómago, pero no conviene excederse, porque lo normal es que la gente ya esté llena. Escoge algo sencillo y ligero. Por muy bueno que te salga, no es el momento de presentar tu aclamado arroz con leche. Puede bastar con unos dulces de Navidad en bandejas para que cada cual vaya picoteando a su gusto, algún helado, tal vez un sorbete…
  20. ANTE TODO , DIVIERTETE

Este es el punto más importante de todos. No te tomes las cosas demasiado en serio (ni tampoco tu cena).

Nadie se va a preocupar de si había un plato desconchado o si las copas no eran de cristal de bohemia.

Están teniendo comida sabrosa gratis, bebidas ricas y un buen rato de diversión ¿quién necesita más?

No hay necesidad de que te preocupes por los errores que tus invitados probablemente no se den cuenta. Lo importante es que paséis una noche genial.

Por último, no olvides las palabras mágicas para responder a todo aquel que ose poner un “pero” a tu obra: “Me encantará ver cómo lo haces tú el año que viene”.