Mejillones al vapor con pico de gallo

Para preparar esta refrescante receta con sabor a México no necesitarás ningún gallo; solo mejillones y algunas verduras. Disfruta de un plato sencillo, divertido y con todos los beneficios de la cocina al vapor. ¡Órale!

No vamos a presentarte ahora los beneficios de los mejillones, todos sabemos que son una valiosa fuente de proteínas y minerales a un precio razonable. Si cocinados al vapor con un chorrito de limón ya están increíbles, imagínate si además los acompañamos de una especialidad mexicana que le da un punto diferente y refrescante. Se trata de un plato nutritivo, saludable y facilísimo de hacer. ¿Empezamos?

Comensales: 3 o 4 personas
Tiempo de preparación: 30 minutos, y te sobrará alguno
Dificultad: Es muy fácil, ya verás

Necesitas:

Para 2 personas

500 g de mejillones
2 tomates, no demasiado maduros
½ cebolla morada
2 hojas de laurel
2 ramas de cilantro
Aceite de oliva
El zumo de ½ lima
Pimienta negra
Sal

¿Cómo se hace?

Antes de nada, pongamos a punto los mejillones: limpiamos su concha frotando con un estropajo bajo el chorro del agua y quitamos las impurezas. Para quitar las barbas hay quien tira de ellas con una pinza y quien prefiere cortarlas con una tijera bien afilada.

Ahora que ya tenemos los mejillones que da gusto verlos, los colocamos en un recipiente adecuado (si tienes el set de cocina a vapor Vitrinor este es el momento de usarlo).

En el fondo del recipiente añade un chorro de agua y las hojas de laurel.

Cocina a fuego medio durante unos 20 minutos o hasta que se abran. Si después de ese tiempo queda alguno que no se ha abierto es mejor que lo descartes, no vaya a ser.

Mientras se hacen los mejillones, trocea el tomate y la cebolla roja en brunoise, agrégalo a un bol y añade lo que falta: el zumo de lima, sal, pimienta al gusto y cilantro picado (a algunas personas el cilantro no les gusta demasiado; si es tu caso puedes sustituirlo por perejil, el resultado no será tan mexicano, pero también estará rico).

Ahora mezclamos los mejillones con el pico de gallo, lo dejamos enfriar y listo. Ni siquiera vas a necesitar cubiertos para degustar esta delicia. Si te atreves con el picante, prueba a darle un toque padrísimo con alguna salsa mexicana: de jalapeño, Valentina, chipotle, habanero… con cuidado, no te vayas a enchilar.

¡Buen provecho, güey!