¡Suscríbete a nuestra newsletter !

Cocina

jueves, 9 de febrero de 2023

Aquí no se tira nada. ¡Viva el trash cooking!

Llevar por bandera la cocina de aprovechamiento tiene mucho sentido. Es bueno para tu bolsillo, te ahorra tiempo y ahorra recursos al medioambiente. ¿Y quién le puede decir que no a unas croquetas de cocido?


Una receta con muchas vidas

Atención a este dato: se calcula que en 2021 se desecharon más de 1,2 millones de toneladas de alimentos en España*. Concretamente unos 30 kilos de comida por habitante.

El trash cooking o cocina de aprovechamiento trata de sacar el máximo rendimiento a los ingredientes que compras y consumes. Y no solo beneficia el ahorro económico en la familia, también protege los recursos del planeta. Es decir, es más ecológico, más económico y más responsable.

Las abuelas ya lo sabían. Cuando elaboras una buena receta es una pena tirar lo que sobra porque estás desaprovechando, además de dinero y recursos, el tiempo que has empleado en hacerla. ¿Sobra pollo asado? Se transforma en unas deliciosas croquetas. ¿Ha quedado carne del cocido? Mañana ropavieja. O canelones. Con los garbanzos, hummus. Y así, cientos de posibilidades.

Y, además, te empuja a sacar tu ingenio, a buscar nuevas recetas para aprovechar la salsa que te ha sobrado de un guiso o transformar el pan duro en un pan de calatrava. Y hablando del pan…

El pan nuestro

Antes era el imprescindible en la mesa. Ahora, quizá, haya dejado de ser tan habitual. Pero el pan en su justa medida, como todo en esta vida, es un alimento saludable y rico. ¡Y tienes tantas formas de darle una segunda oportunidad! Lo más fácil, pan rallado. A partir de ahí hay muchas más opciones: croutons para una ensalada, una crema o una sopas de ajo, para mezclarlo con la carne en las albóndigas o incluso de postre, haciendo las conocidas torrijas o puding. ¿Sabías que el relleno tradicional del pavo de Acción de Gracias también lleva pan del día anterior?

Frutas y verduras

Posiblemente sea el tipo de alimento que más se desperdicia. Pimiento, cebolla, ajo, calabacín, zanahoria… en vez de guardar las sobras en el frigorífico y ver cómo van perdiendo su buen aspecto hasta acabar en la basura, trocéalas al momento y congélalas. Así, la próxima vez tendrás tus verduras a mano y listas para comenzar cualquier receta. Recuerda que la mayoría de los guisos, cremas, caldos y recetas de nuestra cocina se comienzan por un sofrito de verduras, así que seguro que en muy poco tiempo las estás volviendo a utilizar.

Incluso partes que no te planteas aprovechar, como la piel de determinadas hortalizas, tienen sus posibilidades. La de la patata bien lavada puede freírse para hacer chips. O la piel del calabacín, que puede saltearse y da mucho color a los platos.

Lo mismo ocurre con los tallos de algunas verduras que suelen acabar en la basura, como el brócoli o la coliflor. Son un poco más duros, pero nada que no solucione un poco más de tiempo de cocción. Imagínate que vas a hacer unos champiñones rellenos, ¿qué haces con el pie? Lo congelas y lo reservas para una crema, por ejemplo.

Las frutas que están demasiado maduras para su consumo son perfectas para hacer mermelada casera o batidos. Incluso para endulzar algunos postres y hacerlos, de paso, más saludables.

Vamos con los principales

Muchas veces vamos a la pescadería y pedimos que nos saquen los lomos al pescado y nos olvidamos del resto. Pero la cabeza o las raspas son el ingrediente más importante de un fumet.

Y lo mismo pasa con los recortes de las carnes que a lo mejor han sobrado al dar forma a un solomillo: son perfectos para dar más sabor a los caldos.

Tu pescadero o carnicero estarán encantados de hacer el trabajo por ti, pero si te atreves, afila los cuchillos y aprende a despiezar un pollo o a abrir un lenguado. Verás como, con un poco de paciencia, te conviertes en un experto de aprovechar cada parte.

Si se trata de comida que ya has preparado y que te ha sobrado, la lista es casi infitita: croquetas, empanadas, fajitas, albóndigas… Puedes añadirla a un plato de pasta, hacer un arroz o darle un toque especial una ensalada.

Tu gran aliado, el congelador

No se trata de ponerse a cocinar en el momento todo lo que no quieras tirar. En la cocina tienes la herramienta perfecta para ir sumando sobras y usarlas a tu ritmo: tu congelador. Solo tienes que almacenar los alimentos lo antes posible para que no pierdan propiedades, envasar bien cada producto extrayendo la mayor cantidad de aire y etiquetarlos con la fecha.

*Informe del desperdicio alimentario del Ministerio de Agricultura