Posiblemente en casi todas las culturas del mundo existe el arroz. Este cereal proviene del Lejano Oriente donde es prácticamente el ingrediente base de su alimentación. Desde allí se fue extendiendo hasta el viejo continente. ¿Sabes que solo lleva con nosotros poco más de 500 años? Parece increíble, con la de platos tan nuestros que llevan arroz como ingrediente principal, como la paella, el arroz a banda o el arroz con leche.
Y lo mismo sucede con otros países mediterráneos, como Italia. Allí el risotto es un plato típico de las zonas del norte y también es relativamente joven, ya que la primera receta escrita es de Giovanni Felice de 1853.
Pero si ha perdurado tanto tiempo, es porque tiene algo muy especial. No se necesitan ingredientes caros o difíciles de encontrar, de hecho, se puede hacer risotto con casi cualquier cosa que tengas en la nevera. Posiblemente la base sea la cebolla, el caldo y el arroz. Las variedades más populares son el arborio y carnaroli, de grano corto y duro, que absorben mucho líquido y mantienen la forma al remover.
A partir de ahí, solo tienes que echarle imaginación. Nosotros te proponemos una receta bien sencilla que puedes customizar añadiendo lo que tú quieras: verduras, setas, carne…
Andiamo?
Ingredientes:
- 200 g de arroz arborio
- 80 ml de nata para cocinar
- 1L de caldo de pollo
- 200 ml de vino blanco
- 2 cdas. de mantequilla
- 100 g de queso parmesano
- 1 cebolla picada
- Aceite de oliva
- 1 diente de ajo picado
- Pimienta negra al gusto
- Sal al gusto
PREPARACIÓN:
Comienza cogiendo una cacerola honda. En nuestra web encontrarás muchas opciones diferentes, pero ya que se trata de una receta clásica italiana, déjanos proponerte un menaje con un toque vintage que te dará un gran resultado: la gama Nordic de Vitrinor.
Añade a la cacerola un chorro de aceite de oliva a fuego medio y agrega la cebolla, sal, pimienta negra y la pasta de ajo. Rehoga durante unos minutos hasta que veas la cebolla transparente.
Turno del ingrediente estrella, el arroz. Agrégalo y remueve bien para que se impregne de los sabores del resto de ingredientes. Sofríe unos 5 minutos y agrega el vino blanco. Rehoga unos minutos más a fuego fuerte hasta que se haya evaporado el alcohol.
A continuación, agrega la mitad del caldo y 2 cdas. de mantequilla. Cuando hierva, remueve sin parar para que no se pegue. Según se vaya absorbiendo el caldo, ve añadiendo el resto poco a poco sin dejar de remover hasta que el arroz esté al dente.
Después, añade la nata y mezcla bien. Agrega el parmesano y mezcla de nuevo. Verás que el risotto ha adquirido una textura cremosa y es el momento de retirarlo.
Este es uno de esos platos que merece la pena disfrutarlo recién hecho. Solo tienes que darle un toque final para triunfar por todo lo alto: un poco de parmesano en polvo por encima y una ramita de tomillo.
Buon appetito!