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Cocina

miércoles, 23 de agosto de 2023

Bizcocho de limón glaseado

De acuerdo, no hay que abusar del dulce, pero la repostería puede ser una forma muy agradable de aportar energía de calidad a nuestro organismo.


Por supuesto, siempre será mejor elaborar este tipo de preparaciones en nuestra casa, con ingredientes naturales y sin los aditivos de la bollería industrial. Un ejemplo es este bizcocho de limón que te saldrá perfecto con una fuente de borosilicato Vitrinor.

En verano la repostería puede ser un gran aliado que nos ayude a sacar más partido a estos días de asueto. Este bizcocho de limón es perfecto para disfrutar un desayuno estival, de esos que se hacen sin prisas mientras se plane la siguiente excursión. También puede acompañarnos a la playa o al campo o servirnos para reponer fuerzas a media tarde acompañado de un té frío y una buena conversación. Para hacer este bizcocho, ligero y con un refrescante aroma de limón, no se necesitan ingredientes complicados ni dominar técnicas complejas. Con una bandeja redonda de borosilicato conseguirás un resultado memorable. Si la vida te da limones… ¡haz bizcocho!

TIEMPO: 60 minutos, pero la mayoría de este tiempo se lo lleva el horneado.

COMENSALES: depende de en cuántos trozos lo dividas.

DIFICULTAD: es facilísimo, pero es importante ser exacto con las medidas y los tiempos.

INGREDIENTES:

  • 250 g de harina
  • 200 g de azúcar
  • 4 huevos
  • 120 ml de aceite de oliva suave o de girasol
  • 100 ml de leche entera o semidesnatada
  • El zumo de 1 limón grande
  • 1 sobre de levadura
  • Una pizca de sal
  • Ralladura de la piel de 1/2 limón

            PARA EL GLASEADO:

  • 200 g de azúcar glas
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • Ralladura de la piel de 1/2 limón

PREPARACIÓN:

Lo primero, la masa. En un recipiente grande, tipo bol, bate los huevos con el azúcar con el azúcar. Dale ritmillo hasta que quede una mezcla espumosa (tener la canción del verano de fondo te puede ayudar), ahora agrega la leche, el aceite, la ralladura y el zumo de limón y vuelve a batir hasta que quede una mezcla bien homogénea.

Es el momento de agregar la harina, la levadura y la pizca de sal y batir con suavidad hasta que no queden grumos de harina, sin batir demasiado para que no quede demasiado compacto. Utilizar las varillas para batir te ayudará a conseguir el resultado que quieres: una masa ligera, esponjosa y bien aireada.

Pasa la mezcla al molde previamente engrasado con mantequilla o un poco de aceite y hornea a 180 ºC durante 40 minutos con calor arriba y abajo sin ventilador. Nosotros hemos elegido una bandeja de borosilicato Vitrinor, apta para horno y con recubrimiento antiadherente bicapa. Echa un ojo de vez en cuando para ver cómo se va ha haciendo, sobre todo si tu horno no tiene termostato.

Mientras se hornea, mezcla en un bol todos los ingredientes del glaseado. Pon primero el azúcar glas y ve mezclando mientras añades poco a poco el zumo de limón para asegurarte de que la mezcla no queda demasiado líquida. Si has utilizado un limón de esos XL que a veces encuentras en la frutería, a lo mejor no tienes que echar tanto zumo. Cuando el azúcar esté completamente disuelto y quede como una crema un poco espesa, tu glaseado está en su punto. Si lo quieres espesar más puedes añadir más azúcar o dejarlo enfriar en la nevera.

Una vez horneado, deja enfriar, desmolda con cuidado para que no se rompa y reparte el glaseado por encima. ¿A qué era más fácil de lo que parecía?