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Cocina

martes, 7 de noviembre de 2023

Cuida tu sartén para que ella te cuide a ti

No hay otra pieza de menaje a la que recurramos más, y no solo para freír. Merece la pena elegir una de calidad. O mejor más de una, con diferentes diámetros y usos. Y una vez que tenemos la sartén ideal, queremos que nos dure mucho y conserve sus prestaciones. A continuación, enumeramos algunas buenas prácticas para conservar tu sartén por mucho tiempo, y desmentimos alguna creencia errónea en torno al tema. A veces, la abuela se equivoca...


Todos los mandamientos en torno al cuidado de la sartén se resumen en 1.: “cuidarás el recubrimiento antiadherente sobre todas las cosas” esa capa es la que hace que la sartén. No se pegue. Y responda como queremos, pero escucha, algunas Precauciones especiales. 

  • La importancia de la primera vez. De estrenar la sartén, lávala con agua tibia y jabón Para eliminar cualquier resto. De polvo o suciedad que haya podido quedar durante el proceso de almacenaje y transporte. Después del uso, lava con agua tibia, jabón y una esponja suave, y seca.  
  • Suavidad es la clave. No necesitas métodos agresivos para limpiar la sartén. Nada de estropajos de aluminio ni de rascar como si nos fuera la vida en ello. Si hay restos agarrados, un buen sistema es dejar que se ablanden. echando agua caliente con jabón y esperar a que sean más fáciles de retirar. 
  • Lavar está mitificado. No siempre será necesario limpiar la sartén después de cada uso. por ejemplo, imagínate que hoy fríes un huevo y al día siguiente tienes intención de volver a utilizar esa misma sartén para hacer unas croquetas, bastaría con que pasaras un papel de cocina por la superficie de la sartén para retirar los posibles restos y dejar la sartén tal cual. Además, esa finísima capa de aceite restante protege la superficie. Por supuesto esto solo se puede hacer en el caso de que no se impregnen sabores fuertes; si has hecho unos boquerones a la andaluza, deberás limpiar la sartén con jabón después de usarla si no quieres que tus empanadillas de carne sepan a pescado. 
  • Evita los calentones. No es buena idea precalentar la sartén sin aceite o algún alimento, como mucho puedes hacerlo medio minuto o así, o la superficie sufrirá. 
  • El tamaño importa. Adapta siempre el diámetro de la sartén al tamaño del fuego, esto es especialmente importante en el caso de cocinas de gas, ya que se podría quemar alguna pieza. Además de esta forma optimizamos el rendimiento de la sartén. Por eso es importante contar con sartenes de diámetros diferentes. 
  • No te rayes con los utensilios. Si te gusta el metal Ponte un disco de los Judas, pero nunca lo utilices para manipular tu sartén porque te cargas la superficie antiadherente. Siempre es preferible utilizar cucharones o espátulas de material de plástico blando tipo silicona, o maderas que no sean demasiado duras. las varillas para batirq, ue estén recubiertas de algún material suave. 
  • Un mito muy peligroso. Hay a quien le encanta echar un chorro de agua fría en la sartén nada más sacarla del fuego, porque ese chisporroteo implica que estamos arrancando suciedad. En realidad lo que estamos haciendo es contribuir a que se desprenda la superficie antiadherente. No lo hagáis jamás. 
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  • No hace falta calentarse. No necesitas poner el fuego al máximo nivel para utilizar la sartén, ya que el aceite de uso doméstico hierve a unos 180º y no necesitamos calentarlo más. Si subimos tope se pueden alcanzar temperaturas de hasta 300 °C que dañan el recipiente 
  • Un trapo bien empleado. Colocar un fieltro o un trozo de tela entre una sartén y otra cuando las apilas alargará la vida de tu menaje y no te costará nada. 
  • El mejor lavavajillas eres tú. En el caso de las sartenes, merece la pena evitar el lavavajillas. Eso no significa que no lo puedas usar en alguna ocasión, Y de hecho muchas veces en el etiquetado se indica que la sartén es apta para lavavajillas, pero si lo utilizas siempre, a la larga estarás acortando la vida del producto. Es como dejar un coche aparcado en la calle cada noche o dentro de un garaje. Las dos opciones son viables, pero una de ellas alargará la vida del vehículo. 
  • Aprende a decir adiós. Ni siquiera nuestras magníficas sartenes Vitrinor te van a durar eternamente. Si alguien te dice que una sartén te va a durar toda la vida, nuestro consejo es que vayas corriendo a hacerte una analítica. Una buena sartén, bien cuidada, puede durarte muchísimo tiempo, pero el uso desgasta y debemos saber reconocer cuando la sartén ha perdido sus cualidades, presenta ralladuras o se le empieza a caer el recubrimiento antiadherente. Es el momento de agradecer los servicios prestados, llevarla a un punto limpio para que pueda reencarnarse en algo bonito, y buscar en el mercado un relevo una digna sustituta que nos procure nuevos años de disfrute en la cocina. Y claro, nos haría ilusión que esa sustituta se apellidara Vitrinor.