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Cocina

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Albóndigas con salsa de tomate gratinadas

Albóndiga deriva del árabe ‘búnduqa’ que significa ‘bola, bolita’; con la sílaba al- que está al principio como herencia del artículo árabe.


Con este origen, no cabe duda de que estamos hablando de uno de los platos más arraigados de nuestra cocina. Seguro que tienes en tu cabeza el recuerdo de algunas albóndigas memorables. Nosotros te proponemos esta receta, sencilla y muy resultona. ¿Quién sabe? A lo mejor se convierten en las albóndigas favoritas de alguien. Ve preparando tu mejor sartén y una fuente apta para horno.

Las albóndigas son uno de esos platos imprescindibles de nuestra cocina que admiten mil y una variaciones, empezando por el tamaño: están las albóndigas, pero también las albondiguillas y los albondigones, elegir un formato u otro dependerá del gusto y la paciencia de quien lo cocine. Eso sí, según el tamaño variará el tiempo de cocción. En nuestra receta trabajamos sobre el diámetro “normal” de la albóndiga, que viene a ser entre 3,5 y 5cm y proponemos finalizar el proceso en el horno para conseguir una cobertura muy apetitosa de queso crujiente. En su elaboración hemos utilizado una sartén antiadherente y una bandeja de borosilicato, ideal para hornear. No le demos más vueltas, y empecemos.

TIEMPO: esto es como todo. Unos 45 minutos si haces la receta tal como está contada. Si decides hacer tú la salsa de tomate, tardarás más, y si optas por comprar las albóndigas crudas ya hechas en tu carnicería de confianza, ahorrarás tiempo.

COMENSALES: 4-6

DIFICULTAD: Media. Fácil si usas el atajo de comprar las albóndigas crudas ya hechas.

INGREDIENTES:

  • 500 g de carne picada. Puede ser cerdo, ternera, o pollo, recomendamos ternera y cerdo al 50%
  • 2 huevos
  • 3 cucharadas de pan rallado
  • 1 rebanada de pan mojado en leche
  • 2 dientes de ajo picados
  • 500 g de tomate frito. Puedes prepararlo tú o comprarlo ya hecho, los hay muy conseguidos
  • 100 g de queso para gratinar
  • Perejil fresco, bien picadito
  • Romero fresco
  • Pimienta negra molida
  • Sal
  • Aceite de oliva

PREPARACIÓN:

Pon en un bol grande los huevos, el pan, los ajos y perejil.

Incorpora la sal y la pimienta y bátelo todo.

Añade la carne y mezcla todo muy bien, con una espátula o simplemente con las manos. Debe quedar una masa esponjosa, pero lo suficientemente compacta como para que puedas darle forma. Si la dejas enfriar un rato en el frigorífico, te resultará más fácil.

Ahora viene la parte más laboriosa: ve cogiendo trozos de masa para ir dando forma a las albóndigas y enharínalas. ¿Te acuerdas de cuando hacías bolas de plastilina en el cole? Pues si podías con cinco años, seguro que ahora también, es cuestión de paciencia. Procura que sean todas de un tamaño parecido.

Fríe las albóndigas en una sartén antiadherente con un dedo de aceite de oliva muy caliente, de forma que queden doradas y selladas por fuera, pero sin hacer por dentro. Sácalas con cuidado, que no se te rompan.

Pica el resto del perejil y el romero y mézclalo bien con el tomate frito.

Coloca las albóndigas en un recipiente apto para horno, como la fuente de borosilicato Vitrinor, cúbrelas con la salsa de tomate y esparce el queso por encima.

Precalienta el horno a 200ºC, hornea durante 10 minutos ¡Y ya has hecho albóndigas!

Es un platazo que encantará a grandes y pequeños y en el que puedes aportar tu toque especial. Por ejemplo, sustituye el perejil por orégano para darle un aire más italiano. O, si utilizas cilantro y añades picante a la salsa, te estarás asomando a México... ¡Disfruta probando!