La vuelta al cole siempre cuesta un poco, pero hay pequeños gestos que la hacen más llevadera. Darse un capricho dulce, aunque sea de vez en cuando, es uno de ellos.
Estos vasitos de chocolate Kinder no son precisamente ligeros —tienen su buena dosis de azúcar y calorías—, pero ahí está la gracia: un postre pensado para disfrutar sin remordimientos, como algo excepcional. Cucharada a cucharada, combinan el crujiente de la galleta, la suavidad del queso crema y la intensidad de la crema de chocolate y avellana con el inconfundible sabor de las barritas Kinder.
Y lo mejor: se preparan en pocos pasos, con ingredientes sencillos y usando tu cazo de confianza, perfecto para fundir y mezclar con comodidad. Así que respira hondo, ponte el delantal y date el gusto. ¡Te lo mereces!
Comensales: 6 vasitos
Tiempo de preparación: 20 minutos + 6 horas de reposo
Dificultad: de primero de cocina
Menaje utilizado: cazo de la gama City Vitrinor
Ingredientes:
- 150 g de galletas tipo María
- 75 g de mantequilla derretida
- 200 g de queso crema
- 45 g de azúcar
- 150 ml de nata para montar
- 125 g de crema de cacao y avellana
- 4 barritas de Kinder Bueno o cualquier chocolatina que te guste
Preparación:
La base crujiente
Tritura las galletas hasta que queden en migas finas (aquí sí puedes desahogarte un poco con la bolsa y el rodillo). Mézclalas con la mantequilla derretida y reparte en el fondo de los vasitos. Presiona ligeramente con una cuchara para que se compacte. Directos a la nevera mientras seguimos con lo bueno.
El corazón cremoso.
Trocea el chocolate Kinder (o el que tengas) y derrítelo suavemente junto con la nata en un cazo. Cuando esté todo bien mezcladito y sin grumos, agrega el azúcar, la crema de cacao y avellana y el queso crema. Remueve con ganas hasta que obtengas una mezcla cremosa y apetecible.
Montaje.
Vierte la mezcla en los vasitos sobre la base de galleta. Alísalos un poco para que queden monos y déjalos enfriar en el frigorífico durante un mínimo de 6 horas que se te van a hacer eternas, pero piensa que así tendrás tiempo para imaginar cómo justificarte cuando no dejes ni rastro.
Toque final
Cuando llegue el momento, corona cada vasito con trocitos de Kinder Bueno, nata montada o lo que te dicte la gula del día.
Variaciones:
Si añades una pizca de sal en la base de galleta verás cómo se potencia el sabor del chocolate.
Sustituye las barritas Kinder por cualquier chocolatina que te guste o te divierta: de chocolate blanco, chocolate con naranja… déjate tentar.
Acompáñalos con frutos rojos frescos: el contraste ácido funciona de maravilla.
Este postre es ideal para sorprender a peques, mayores o, por qué no, darte un homenaje y recordar que mereces un premio de vez en cuando. Solo necesitas un cazo fiable y dejarte llevar por la magia de los sabores sencillos. Prepáralos, compártelos y verás que tienen un efecto curioso: hacen que hasta la rutina más gris sepa a viernes por la tarde.