¿Hay algo más desolador que un armario de cocina vacío? Pues sí, un armario de cocina lleno de cosas que ya no sirven para cocinar. Y eso es lo que nos encontramos muchas veces en nuestra casa de vacaciones, lo que llamamos segunda vivienda.
Y es comprensible. Por un lado, la compra de una casa casi siempre implica más gastos de los previstos y cuando llega la hora de equiparla nos pilla en modo “ahorro máximo”. Por otra parte, nos encariñamos de los objetos -especialmente los de cocina que tantos recuerdos nos traen- y nos da cosilla tirarlos aunque estén claramente deteriorados. Entonces se nos enciende la bombilla y decidimos “la sartén vieja, para la casa de Gandía” y tan contentos… hasta que se nos ocurre hacer una tortilla con esa sartén y lo que conseguimos es deleitar al vecindario con una nueva y desagradable versión del aroma “socarrat”. Mala noticia: una sartén que se pega no va a dejar de hacerlo porque nos la llevemos de vacaciones.
Cuando el menaje se convierte en cacharro.
En la vida es importante saber diferenciar lo antiguo de lo obsoleto. Lo antiguo puede tener cierto encanto y además cumplir su función. La cómoda de la tía Juliana, que en paz descanse, le da un toque vintage a la casa de la sierra y además nos sirve para guardar los manteles. Pero a esa sartén descascarillada que has tenido casa desde tu infancia hay que saber decirle adiós con dignidad porque la pobre ya solo te va a dar disgustos. Es mejor llevarla a un punto limpio para que tenga la oportunidad de reencarnarse en un objeto útil.
Tu fondo de armario… de cocina.
No se trata de equipar la cocina de nuestra segunda vivienda hasta el último detalle. Probablemente sobreviviremos a unas vacaciones sin la cuscusera. Pero sí o sí necesitaremos unos elementos de menaje básicos para tener la posibilidad de preparar diferentes platos sin problema y no sentirnos demasiado limitados. Tal vez no haremos pato laqueado, pero nos bastará para manejarnos sin echar de menos nuestra otra casa.
Este es nuestro top 4 del menaje vacacional:
- Sartén antiadherente. Tortillas, sofritos, huevos, esos boquerones comprados en la lonja, rebozados… Una sartén pequeña o mediana fiable y que no se pegue es absolutamente indispensable. El tamaño de la familia influirá en el diámetro de este utensilio.
- Pocas piezas dan tanto juego, sobre todo si la cocina no cuenta con microondas. Desde calentar la leche a hacer un puré de patata, cocer huevos para la ensaladilla…
- Cacerola mediana o grande. Solo por su utilidad para cocer pasta ya se habría ganado un puesto en esta lista, pero además, una cacerola nos servirá para hacer sopas, estofados, legumbres, guisos de verano como este marmitako (link a nuestra receta de marmitako) ah, y para cocer las patatas de la ensaladilla de antes.
- Es una especie de sartén, pero mucho más versátil. Por su anchura y dimensiones se convierte en una pieza tremendamente útil. Podemos freír, cocinar carnes o pescados a la plancha, preparar un montón de guisos, pollo o pescado en salsa, pisto… incluso nos servirá para hacer una paella o al menos un digno arroz con cosas.
Para ilustrar este articulo hemos escogido piezas de nuestra gama Níger, pero tienes mucho donde elegir. Eso sí, apuesta siempre por acero vitrificado de calidad y saldrás ganando.
Más allá del menaje, hay otros “must” que necesitarás para manejarte en la cocina. Por supuesto, un cuchillo multiuso con la hoja en buen estado; si hay algo más peligroso que un cuchillo bien afilado es uno sin filo. Un pelador manejable; un cucharón de madera o plástico para no dañar el recubrimiento de los recipientes; un escurridor para la pasta y para las patatas de ensaladilla que habías cocido antes… y poco más.
Recuerda, ha llegado la hora de jubilar tus trastos viejos y aprovechar el tiempo libre para disfrutar cocinando sin prisas con tu nuevo menaje.