¿Tienes ya tu olla Vitrinor preparada? Enciende el fuego, que empezamos.
Un buen caldo tiene muchas virtudes y muchos usos. Hay que dejar claro que no es solo meter verduras, carnes y huesos en una olla. También es la base de infinidad de platos tan diversos como arroces, carnes guisadas, pescados, potes, etc. Aquí te vamos a contar a fuego lento varios secretos para conseguir los mejores caldos para tus mejores platos.
Cuece lo que quieras poco tiempo, y déjalo reposar hasta mañana.
Haciendo esto, además de refrigerar el caldo de manera natural, lo conseguirás más denso y con mayor sabor al infusionar sus ingredientes durante ese descanso. Recuerda que, si hace calor, ese caldo deberá estar en un lugar refrigerado como la nevera o se echará a perder.
Un hervor previo a tus ingredientes cárnicos
Si están crudos, es recomendable meterlos en una olla previa a la cocción. Así podrás evitar impurezas y sabores extraños. Serán solo dos minutos y el caldo será más saludables y sabroso.
Empieza el caldo en el horno…
Es tan sencillo como meter en el horno todos los huesos (de caña, rodilla y manitas de cerdo, entre otros) para dorarlos muy bien. Este es un truco definitivo para mejorar tus caldos.
Después también puedes asar las verduras una hora. Y mezclar esas verduras tostadas con otras frescas en la olla y seguir cociendo el caldo.
¡Le dará otro rollo!
Si tienes tiempo…
Deja cocinar durante 10 o 12 horas a fuego mínimo. Retira los huesos y déjalo unas 3 o 4 horas más. El resultado será espectacular. ¡Y super pro!
Clarea el caldo, es más fácil de lo que piensas
No hace falta clarificar o clarear el caldo, solo tener alguna recomendación presente:
- Mete las verduras y todos los elementos sólidos pequeños en una red, como la de los garbanzos del cocido.
- Hazlo a temperatura media conseguirás que sea el caldo más claro.
- Si puedes, deja reposar el caldo hasta que se enfríe. Las impurezas se irán al fondo.
Y dale color al caldo
Si te gusta más oscuro, consíguelo sin complicaciones ni ingredientes extraños: coge dos cebollas y las pelas para dorarlas en una sartén o al horno hasta que se oscurezcan, pero sin quemarse. Le darán un color más marroncito y complejo a tu caldo.
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