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Cocina

jueves, 3 de julio de 2025

Sorbete de melón

Refrescante, ligero y facilísimo. Una receta perfecta para el verano, cuando el melón está en su mejor momento: dulce, jugoso y asequible. Ideal cuando apetece algo fresco y rico sin complicarte.


El melón es una de las frutas más hidratantes que existen: más del 90 % es agua, y además es rico en fibra, antioxidantes y vitaminas como la A y la C. Además, es muy digestivo, bajo en calorías y combina de maravilla con sabores cítricos. En esta receta lo convertimos en un sorbete rápido y natural, con textura cremosa y sin necesidad de heladera ni utensilios raros. Una forma sencilla de aprovechar la fruta de temporada… y quedar como un chef sin despeinarte.

Comensales: 2–3

Tiempo de preparación: 10 min (más congelación)

Dificultad: Hay que ser muy melón ara hacerlo mal.

Ingredientes:

  • 300 g de melón maduro (pelado y sin pepitas)
  • 40 g de azúcar
  • Zumo de medio limón
  • 50 ml de agua fría

Preparación

Congelar el melón.

Corta el melón en trozos medianos y colócalos en una bolsa o recipiente apto para congelador. Déjalo al menos 3 horas (consejo: no improvises esta receta cuando ya tienes invitados sentados, el frío necesita su tiempo).

Preparar el jarabe.

Mezcla el azúcar con el zumo de limón y el agua fría. Remueve con energía hasta que se disuelva del todo. Este pequeño jarabe tiene más importancia de la que parece: equilibra sabores y da ese punto “profesional” a la receta.

Triturar.

Saca el melón del congelador, colócalo en un recipiente alto, añade el jarabe y tritura hasta que tengas una mezcla cremosa y homogénea. Si está muy duro espera unos minutos para que se ablande un poco y sea más fácil.

Servir o congelar.

Puedes servirlo tal cual, en copa, bol o cuenco de desayuno si estás en plan informal. Si decides guardarlo, recuerda rasparlo un poco con un tenedor antes de servir.

Variaciones para darle tu toque:

  • Añade unas hojas de menta o albahaca fresca. Mejorará su presentación, su aroma y su sabor.
  • Puedes sustituir el azúcar por miel, sirope o algún endulzante que tengas a mano.
  • ¿Plan de adultos? Un chorrito de vermut blanco o cava lo convierte en un sorbete con carácter.

Un postre con pocas pretensiones… y muchas posibilidades, para el que no tendrás que manchar media cocina. A veces lo más sencillo es también lo más brillante.