El melón es una de las frutas más hidratantes que existen: más del 90 % es agua, y además es rico en fibra, antioxidantes y vitaminas como la A y la C. Además, es muy digestivo, bajo en calorías y combina de maravilla con sabores cítricos. En esta receta lo convertimos en un sorbete rápido y natural, con textura cremosa y sin necesidad de heladera ni utensilios raros. Una forma sencilla de aprovechar la fruta de temporada… y quedar como un chef sin despeinarte.
Comensales: 2–3
Tiempo de preparación: 10 min (más congelación)
Dificultad: Hay que ser muy melón ara hacerlo mal.
Ingredientes:
- 300 g de melón maduro (pelado y sin pepitas)
- 40 g de azúcar
- Zumo de medio limón
- 50 ml de agua fría
Preparación
Congelar el melón.
Corta el melón en trozos medianos y colócalos en una bolsa o recipiente apto para congelador. Déjalo al menos 3 horas (consejo: no improvises esta receta cuando ya tienes invitados sentados, el frío necesita su tiempo).
Preparar el jarabe.
Mezcla el azúcar con el zumo de limón y el agua fría. Remueve con energía hasta que se disuelva del todo. Este pequeño jarabe tiene más importancia de la que parece: equilibra sabores y da ese punto “profesional” a la receta.
Triturar.
Saca el melón del congelador, colócalo en un recipiente alto, añade el jarabe y tritura hasta que tengas una mezcla cremosa y homogénea. Si está muy duro espera unos minutos para que se ablande un poco y sea más fácil.
Servir o congelar.
Puedes servirlo tal cual, en copa, bol o cuenco de desayuno si estás en plan informal. Si decides guardarlo, recuerda rasparlo un poco con un tenedor antes de servir.
Variaciones para darle tu toque:
- Añade unas hojas de menta o albahaca fresca. Mejorará su presentación, su aroma y su sabor.
- Puedes sustituir el azúcar por miel, sirope o algún endulzante que tengas a mano.
- ¿Plan de adultos? Un chorrito de vermut blanco o cava lo convierte en un sorbete con carácter.
Un postre con pocas pretensiones… y muchas posibilidades, para el que no tendrás que manchar media cocina. A veces lo más sencillo es también lo más brillante.