Modo de preparación
Lo primero, será preparar los ingredientes que nos permitirán aromatizar la leche. Por ello, lavamos muy bien el limón y lo pelamos de forma muy fina. Evita lo blanco todo lo que puedas para no crear un sabor amargo en el postre. Después, vamos a necesitar la vaina de vainilla abierta (sin semillas) y bien limpia para echarla en la leche. Y dejamos preparado también el palo de canela en rama.
A continuación, colocamos el cazo Cerisse Pierre con el litro y medio de leche a fuego medio casi hasta el punto de ebullición. Llegados a este punto, bajamos la temperatura y retiramos del fuego para añadir la vaina de vainilla, la piel del limón y por último la rama de canela.
Ahora, será el momento de reservar todo en reposo hasta que esté tibia y/o fría, que será cuando empapemos las torrijas. De momento, vamos a prepararlas siguiendo estos pasos:
Cortamos la barra de pan en tiras a modo de rebanadas, más o menos, todas del mismo grosor. Calcula que no deben ser demasiado finas (pues no quedarían esponjosas por dentro) ni demasiado gruesas. Una vez cortadas, las colocamos en un recipiente para ir preparando el resto.
Echamos la leche infusionada ya templada en un bol que nos permita ir mojando el pan de forma cómoda. Añadimos el vino de Oporto que le dará un toque único y batimos para que se mezclen bien los líquidos. Reservamos.
Por otro lado, batimos los huevos hasta que espumen un poco. Te recomendamos batirlos directamente en un recipiente que te permita luego mojar el pan antes de freírlo.
Cuanto tenemos todo preparado: pan, leche infusionada y huevo batido; es el momento de coger nuestra sartén Cerisse Pierre (por ejemplo) de 28 cm de diámetro y le echamos el aceite de oliva virgen extra. Te recomendamos que primero eches el aceite y luego pongas la sartén a fuego medio.
Mientras se calienta el aceite, bañamos las rebanadas de pan en la leche infusionada y le damos vuelta para que se empapen bien. Las sacamos evitando que chorreen y las pasamos al recipiente con el huevo batido. Vuelta y vuelta y directamente a la sartén.
Una vez fritas por ambos lados y con un tono dorado, las sacamos a un plato con papel absorbente de cocina para retirar el exceso de aceite. Llenamos un recipiente ancho con azúcar y canela en polvo. Unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 g de azúcar. Mezclamos bien con un tenedor. Rebozamos las torrijas en esa mezcla, que se impregnen bien de azúcar y canela.
¡Y listo! Dejamos enfriar y degustamos a temperatura ambiente o frías, simplemente deliciosas.