Por fuera, en Carnaval todo es fantasía, color y sorpresas. En la cocina, quien manda es la tradición. Rosquillas de anís, pestiños con miel, casadielles, leche frita, buñuelos o las eternas y divinas torrijas son algunos ejemplos. Sabores ancestrales que se hacen de forma parecida en muchos hogares, pero que en cada casa salen diferentes. Es la magia de las recetas que pasan de generación en generación: cada familia le da su toque especial.
Hoy te traemos una receta típica de Galicia imprescindible para celebrar el Carnaval o, dicho en gallego, el Entroido: las filloas. Las hay de harina de centeno, incluso de sangre, pero en esta ocasión te proponemos la opción más clásica que va a encantar a todos los miembros de la familia.
¿Ingredientes? Sencillos, los que había en casa: leche, huevos, azúcar, harina… ¿El secreto? Que queden bien finas. Será un reto a la hora de darles la vuelta, pero el resultado compensa. Sin duda te va a ayudar tener una sartén especial con paredes de poca altura. Nuestra crepier de la gama Black es perfecta.
¿Listo para una tanda de filloas?
Ingredientes:
- 500 ml de leche
- 3 huevos
- 200 g de harina
- 1 cda. de azúcar
- 1 cda. de anís dulce
- Una pizca de sal
- Un trozo de mantequilla sin sal
- Miel
Elaboración:
Esta vez, no tienes excusa para no atreverte con el postre. De hecho, seguramente no tengas ni que salir de casa a hacer la compra porque los ingredientes ya los tendrás en la despensa o en el frigorífico.
Pon la leche, los huevos, la harina, el azúcar, el anís, la sal y la mantequilla en un vaso de batidora y bate bien. Cuando la mezcla no tenga ningún grumo, resérvala en el frigorífico durante 30 minutos.
Pasado este tiempo la masa estará lista para pasar a la sartén.
Unta la base de una sartén antiadherente o la crepier de Vitrinor con mantequilla. ¿Quieres hacerlas de forma aún más tradicional? Usa tocino en vez de mantequilla.
Cuando esté caliente, vierte un cucharón de masa y distribúyela con movimientos circulares hasta que cubra toda la superficie.
Cuando los bordes empiecen a verse dorados y comiencen a aparecer burbujas en la masa, es el momento de dar la vuelta a la filloa con ayuda de una espátula.
Verás que color más apetecible. Solo tienes que dejar cocinar por el otro lado y retirarlas a un plato.
Repite la operación con el resto de la masa (verás como vas perfeccionando la técnica con cada filloa).
Y, para terminar, sírvelas con un toque de miel o con azúcar glass.
Fácil, ¿no? Te retamos a que comas solo una.