Ve precalentando el horno que tenemos una gran receta. De esas que gustan a todo el mundo y de las que se hace en cantidad para que sobre para el tupper. Las vitaminas de las espinacas, el punto de los piñones y la suavidad de la bechamel hacen un gran equipo. Y, además, es una buena forma de acostumbrar a que los más pequeños de la casa se aficionen a las verduras.
Eso sí, necesitas una buena fuente de horno, que es el menaje principal. Las fuentes de borosilicato de Vitrinor aguantan altas temperaturas, son super resistentes y son muy fáciles de limpiar gracias a su antiadherente. ¡Y además tienes muchas formas y colores a elegir!
Ingredientes:
- 12 canelones
- 800 g de espinacas troceadas
- 1 cebolla morada picada
- 1 ajo picado
- Piñones
- Queso rallado para gratinar
- 1 cda. de mantequilla
- 1 cda. de harina
- 125 ml de leche
Para la bechamel:
- 200 ml de leche
- 50 g de harina
- 50 g de mantequilla
- Una pizca de nuez moscada
- Sal
Elaboración
Comenzamos por las verduras. Cuece las espinacas, escurre bien el agua y resérvalas.
Después, pon una cucharada de mantequilla en una sartén y agrega la cebolla. Deja pochar a fuego medio y, una vez esté tierna, añade la harina y mezcla bien hasta que se integren.
A continuación, echa las espinacas y saltea unos minutos. Añade la leche y remueve hasta que las espinacas queden cremosas. Por último, agrega los piñones al gusto y mezcla bien.
Rellena los canelones con las espinacas y colócalos en una fuente de horno de borosilicato Vitrinor.
Por otro lado, vamos con la bechamel: coloca una sartén antiadherente a fuego bajo con la mantequilla y, cuando se haya derretido, agrega la harina y remueve sin parar hasta que se haga una pasta y cambie ligeramente su color.
Añade la leche poco a poco y sin dejar de remover con unas varillas. Echa leche hasta que se quede con la consistencia adecuada; puede sobrar un poco. Debe quedar homogénea y ligera, pero ni muy líquida ni muy espesa. Una vez esté lista la textura, agrega sal y nuez moscada al gusto, mezcla y retira.
Vierte la bechamel por encima de los canelones y cubre con queso rallado.
Y el paso final: hornea a 180ºC durante 25-30 minutos, hasta que se dore el queso.
Verás cuando llegues a la mesa con la gran fuente de horno y a todos se les abran los ojos como platos. Pero, ¡cuidado que quema!