En estas fechas es habitual que algún miembro de la familia comience a toser. Y después de él, vais el resto. Y en tu casa empiezan a aparecer pastillas para la garganta, analgésicos… Si la cosa se complica, no lo dudes: el médico es la persona que necesitas. Eso sí, una buena alimentación va a ayudarte a evitar que llegue ese momento de comprar pañuelos por cajas o a aliviar los síntomas si ya te encuentras en pleno proceso.
Lógicamente, la alimentación saludable es una pauta a seguir durante todo el año, pero en este momento, es importante poner especial énfasis en nutrientes como la vitamina A, la vitamina C y el betacaroteno que te ayudan a proteger y reforzar tu sistema inmunológico (sí, ese que se encarga de defender tu cuerpo ante el ataque de bichitos).
¿Y dónde encontrar esa maravillosa medicina? Sencillo, en la comida que tomas cada día. No tendrás que buscar en tiendas especializadas, ni seguir complicadas fórmulas mágicas. Algunos, de hecho, son tan habituales que seguro que ya están en tu despensa o en tu frigorífico.
Ajo y cebolla
Los clásicos de nuestra cocina, imprescindibles en cualquier sofrito y resulta que también tienen propiedades antibióticas, antivirales y expectorantes. Eso sí, para que mantengan la mayoría de sus propiedades hay que tomarlos en crudo. ¿Una forma de hacerlo? En ensalada.
Jengibre
Aunque hace unas décadas esta raíz con sabor un poco picante era desconocida en nuestra gastronomía, hoy la puedes encontrar en la mayoría de las fruterías. Alivia los síntomas de la congestión y mejora la respiración, además de sus propiedades analgésicas y antipiréticas. Hazlo en infusión con jengibre rallado, un poco de té, miel y limón y tienes un remedio de 10.
Frutas
Quizá los alimentos más empleados para aliviar los síntomas del resfriado son todos aquellos que tienen vitamina C y, entre ellos, los cítricos. ¡Buenas noticias! Las naranjas, mandarinas y limones son productos de temporada, así que los tienes siempre disponibles y a buen precio. Eso sí, si tenemos que buscar al rey de la vitamina C, ese sería el kiwi. ¿Sabías que tiene el doble que la naranja? Además, favorece la absorción de hierro.
Miel
Otro remedio de la abuela que está demostrado que funciona para suavizar la garganta y como expectorante natural. Además, gracias a sus propiedades antisépticas, ayuda a combatir las infecciones en esta zona. Una cucharada de miel en cualquier infusión, mano de santo.
Verduras de invierno
La naturaleza es sabia: las verduras que se dan en esta época son muy beneficiosas para las dolencias más comunes del invierno. Lechuga, acelgas, espinacas, endivias, brócoli… aportan betacarotenos, vitamina C y otros minerales como el zinc, muy beneficioso para mantener en plena forma el sistema inmunológico.
Calabaza y zanahoria
Cuando el betacaroteno de estas hortalizas es absorbido por el organismo se transforma en vitamina A, algo que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades del sistema respiratorio. Y en invierno, además, una crema de calabaza y zanahoria sienta de maravilla.
¿Y de beber?
Nuestra recomendación no puede ser otra: agua. De hecho, muchos especialistas sugieren que, durante un proceso gripal, la correcta hidratación es aún más importante que la alimentación. Así mantienes las mucosas hidratadas y favoreces la eliminación de toxinas.