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Cocina

lunes, 16 de diciembre de 2024

¿Qué se cuece en navidad por el mundo?

-Marna, ¿sabías que en España también cenan col roja en navidad, como aquí en las Feroe? -Claro Trandur, si es que al final no somos tan distintos… ¿me pasas la ballena fermentada, por favor?


Al final va a ser que sí, que somos bastante diferentes a la hora de poner nuestra mesa de navidad. Es en estas fechas tan entrañables cuando volvemos a las recetas más ancestrales, en un afán por reencontrarnos con nuestro pasado. Por eso, asomarnos a las fechas navideñas de los diferentes países es una forma de conocer sus peculiaridades y sus señas de identidad, a través de muchos platos sorprendentes, algunos más exóticos que otros.

¿Preparados para este viaje gastronómico?  ¡Aflojense los cinturones!

Islas Feroe

Como ya hemos visto con los buenos de Marna y Trandur, en estas islas del norte sometidas a  una climatología extrema, la carne de ballena -concretamente de la especie denominada calderón- forma parte de la dieta desde los primeros asentamientos, y una de las formas más eficaces de conservarla era dejarla fermentar. El resultado es un plato con sabor intensísimo y muy desagradable para quien lo prueba por primera vez. Pero a ellos les gusta. Ya sabemos que el tema de los sabores es muy cultural. Si queremos quitarnos el mal sabor de boca, podemos esperar al verano, la temporada en la que se consume frailecillo ahumado, otra de las especialidades de la casa…

Filipinas

La cena navideña filipina, conocida como *Noche Buena” por aquello de la herencia española,  incluye una variedad de delicias, pero el destacado es el *lechón*, un cerdo entero asado. El postre es bastante característico; si nosotros tenemos la lombarda, ellos tienen el pinoy puto bumbong unos pastelillos elaborados con arroz de un bonito color morado.

Eslovenia y la potica 

Eslovenia presenta el potica, un pastel en forma de rollo lleno de nueces o semillas, típico en las celebraciones navideñas. Este postre, que lleva horas en prepararse, es un símbolo de unión familiar y un símbolo nacional que ha aparecido en los sellos postales del país, y hasta  hay una solicitud formal a la Unión Europea para que la receta se proteja bajo el amparo de la legislación. Si conoceís a alguien de Eslovenia, pedidle que se enrolle y os lo dé a probar.

Bacalao a la mexicana, digo… a la vizcaína

Con lo enorme, rica y variada que es la gastronomía mexicana nos ha sorprendido descubrir que uno de los platos más populares en los hogares mexicanos en navidad es… el bacalao a la vizcaína. Efectivamente, desde los tiempos del Virreinato, en los que el bacalao salado formaba parte de las reservas de los barcos por su capacidad de aguantar largas travesías, el bacalao se ha implantado en la cocina mexicana, siendo el bacalao a la vizcaína el plato rey en navidades y semana santa, por aquello de la vigilia. Como es natural, la versión mexicana tiene un punto picante extra y algún añadido local más que la hace muy interesante. Habrá que probar las dos.

Polonia: Barszcz con Uszka 

Está claro que en navidad el morado marca tendencia. Los polacos disfrutan del barszcz, una sopa de remolacha servida con uszka (pequeñas empanadillas) rellenas de setas, un plato esencial en su cena de Nochebuena. El Barszcz es un plato típico de la gastronomía polaca y tiene un significado cultural importante. Se sirve en ocasiones especiales y se considera un símbolo de la unidad y la familia. Además, el color intenso de la sopa se asocia con la pasión y el amor, por lo que a menudo se sirve en bodas y otros eventos románticos.

Grecia: Christopsomo

El Christopsomo (Χριστόψωμο, "pan de Cristo") es una hogaza de pan dulce decorada con una cruz y aromatizada con anís que se prepara para Navidad. A veces se agregan frutos del ficus, naranjas y mastiihi, una resina reseca del pino, y se sirve a veces con miel. Las familias dejan el pan sobre la mesa en la creencia de que Cristo vendrá y comerá de él durante la noche. Es muy frecuente en las casas ortodoxas griegas y su elaboración se considera una operación sagrada. También puede consumirse en otras ocasiones para las que se graban sobre el pan iniciales, fechas de nacimiento o edades.

Sudáfrica: Bobotie.

A veces los platos dan muchas vueltas hasta asentarse en un lugar definitivo. Es el caso del bobotie, cuya receta original probablemente tiene su origen en el siglo XVII, con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y sus colonias en Batavia con el nombre derivado del indonesio bobotok.

Se trata de un pastel de carne picada que puede mezclar cordero, cerdo o vacuno. Las primeras recetas incoporaban jengibre, mejorana y limón; la introducción del curry simplificó la elaboración de la receta pero el concepto continúa siendo el mismo. En su versión más tradicional el bobotie incorpora fruta seca, como pasas o sultanas, siempre con ese toque de sabor dulce. Se suele decorar a menudo con nueces, chutney y bananas.

Estamos en Suecia, sírvase usted mismo. 

Los suecos, tan prácticos como siempre: “¿qué pasa si convertimos los aperitivos y entrantes de la cena  de navidad en la cena principal? Genial, que cada cual se lo monte como quiera, como si fuera una de nuestras estanterías” Esta celebración navideña en forma de buffet se conoce como *julbord*, y es un formato perfecto paras grupos numerosos, creando un ambiente muy informal donde es más fácil socializar con unos y con otros.

El Julbord tiene sus raíces en la Edad Media, en esa época, durante la celebración navideña, se ofrecía comida a los más necesitados. También se solían colocar las sobras fuera de las casas por la noche, con el propósito de apaciguar a criaturas mitológicas como los trolls. Entre los platos imprescindibles de todo Julbord que se precie encontramos arenque en escabeche, carne de cerdo ensalsada, salmón, patés, ensaladas de remolacha y otros manjares. No, albóndigas no hay. 

Eslovaquia: Pstruhs Oříšky 

En Eslovaquia, una tradición de Año Nuevo es servir trucha con nueces, acompañada de ensalada de patatas, un plato delicioso que simboliza abundancia. En general, los peces de agua dulce, como la trucha y la carpa son muy populares en navidades en los países bañados por el Danubio, como La República Checa Eslovaquia o Hungría. Aunque el pescado no suela formar parte de la dieta diaria en estos países, se consumen en Nochebuena por la tradición cristiana de la vigilia.

Sarmale: el buen rollito rumano.

En Rumanía se preparan sarmale, rollos de repollo rellenos de carne y arroz, cocinados a fuego lento. Este plato se disfruta en festividades y reuniones familiares. Es algo más que un alimento; es una vivencia culinaria que reúne a familiares y amigos. Elaborar sarmale es una manera de enlazarse con la rica cultura rumana, a la vez que se saborea una comida nutritiva y bastante sana. ¿Quién se anima a hacerlos en casa?

Venezuela: Hallaca

En Venezuela, se prepara la *hallaca*, un primo lejano del tamal relleno de carne de vacuno, cerdo y ave. El origen del plato se asocia a múltiples teorías y leyendas. Una de las más conocidas se remonta a la época de la revolución de independencia. Se cuenta que durante las celebraciones navideñas, las familias adineradas en Venezuela organizaban lujosos banquetes el 24 de diciembre. Al día siguiente, las sobras de esos festines se entregaban a los esclavos, quienes las utilizaban mezclándolas con masa de maíz y envolviéndolas en hojas de plátano para cocinarlas. De esta costumbre habría surgido la receta tradicional de la hallaca. Esta deliciosa y colorida comida no falta en las festividades familiares, donde todos, desde niños hasta abuelos, se involucran en su elaboración.

Italia: son lentejas

Quien haya celebrado una Nochevieja en la cultura navideña italiana, habrá visto un hecho curioso. Al dar la medianoche del 1 de enero, sin campanadas en Sol pero sí con una cuenta atrás, los italianos comienzan a sacar cucharas soperas. Tras disfrutar de entremeses, primeros y segundos platos, dulces y brindar con spumante o prosecco, la mayoría empiezan a comer lentejas.

Esta tradición, aunque no es obligatoria, está muy arraigada. Comer lentejas se relaciona con desear fortuna y prosperidad para el nuevo año, una costumbre que proviene de la Roma Antigua. En esa época, los romanos solían regalar un pequeño bolso de cuero lleno de lentejas para atarse a la cintura. Teniendo en cuenta la forma redonda y aplastada de las lentejas, el deseo era que se convirtieran a lo largo del año en muchas monedas. Capisci?

Japón: los reyes del pollo frito.

Pues sí, resulta que en Japón acuden a una conocidísima multinacional originaria de Kentucky para comprar su cena navideña. Es un curioso caso que demuestra el poder del marketing. En los años 70, el nuevo consumidor japonés estaba muy atento a todo lo que venía de occidente. Con una población cristiana de apenas un 2%, no existía ninguna tradición navideña demasiado arraigada en el país, así que el avispado propietario del primer restaurante de la cadena que se abrió en Japón vislumbró un hueco en el mercado y montó una campaña que daba a entender que comer pollo frito como si no hubiera un mañana era la forma occidental de celebrar la navidad. Vistieron a su mascota, “el colonel”, de Papá Noel… y coló, vaya si coló. Ahora se calcula que unos 3,6 millones de familias en Japón acuden a esta franquicia en navidad. Por eso es habitual hacer el pedido con semanas de antelación para evitar las largas colas que se forman en los restaurantes.

Como hemos visto, la navidad es una celebración global donde la comida es uno de sus elementos más importantes, cada país tiene sus peculiaridades y tradiciones. Estas comidas no solo nos nutren, sino que también cuentan historias de cultura y convivencia. Te proponemos que este año sorprendas a los tuyos incorporando alguna receta de otro país a tu mesa navideña, explicando a todos su origen e historia. Quién sabe, a lo mejor así creas una nueva tradición familiar. ¡Felices fiestas y buen provecho!