Cualquiera que haya vivido los sanfermines estará de acuerdo en dos cosas: los navarros saben divertirse y también cocinaN de maravilla. La gastronomía navarra está llena de agradables sorpresas, algunas no demasiado conocidas. Es el caso de la pocha, una legumbre que paradójicamente, de “pocha” no tiene nada, ya que se trata de la alubia blanca fresca, recién recolectada en la época que va desde julio a septiembre. Es un producto poco conocido fuera de la zona de Navarra, Álava y La Rioja, pero muy apreciado porque al ser tan tierna no necesita ponerse en remojo el día anterior y su textura es suave y agradable.
Este guiso es sabroso, fácil de hacer y muy saludable, porque no incorpora ningún tipo de grasa animal. Es todo legumbre, verdura y sabor. ¡Empezamos!
TIEMPO: alrededor de una hora, puede que un ratico más.
COMENSALES: 4
DIFICULTAD: No
INGREDIENTES:
- 300 g de pochas
- 1 tomate pelado
- 1 pimiento verde
- 1 cebolla no muy grande
- 2 dientes de ajo, o al gusto
- Carne de pimiento choricero
- Dos rebanadas de pan frito
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
PREPARACIÓN:
Un producto tan especial se merece un buen recipiente. Recomendamos una tartera ancha y baja como la de la gama Nordic de Vitrinor.
Lo primero, el sofrito; cubre el recipiente con el aceite y cuando esté caliente añade el pimiento, el tomate, la cebolla y uno de los dientes de ajo, todo bien picadito. Remuévelo, sazona y deja que se sofría a fuego medio durante unos 15 minutos.
Cuando veas que está todo bien pochado echa las pochas, valga la redundancia, y añade agua hasta aproximadamente un dedo por encima. Deja que cueza todo a fuego lento. A estas legumbres no tendrás que asustarlas ni nada, déjalas tranquilas mientras sigues con la receta.
En un mortero haz un majado con el otro diente de ajo, el pan frito y la carne de pimiento choricero.
Aproximadamente a la mitad de la cocción (minuto arriba minuto abajo, que esto no es una ciencia exacta) incorpora el majado al guiso. Ya verás qué punto más bueno le da.
Ya solo falta vigilar un poco hasta comprobar que están bien hechas sin dejar que se deshagan, corregir la sal si fuera necesario, y disfrutar. Este tipo de guisos siempre está más rico de un día para otro, pero entendemos que cuando lo tengas delante no puedas esperar a probarlo…