Independizarse es una aventura: nueva casa, nuevas rutinas, y una libertad que da gusto… hasta que llega el momento de la compra, abres los armarios de la cocina y descubres que no puedes prepararte ni unos espaguetis sin improvisar con una taza y una cuchara de palo.
Tranquilidad. No hace falta montar un restaurante en casa. Con tres piezas de menaje bien elegidas y versátiles puedes empezar a cocinar sin complicarte. Te contamos cuáles son y, de paso, por qué merece tanto la pena que cocines tú.
Las ventajas del cocíneselo usted mismo:
Economía
Comer fuera o pedir a domicilio está bien… hasta que haces cuentas. Cuando cocinas tú sale mucho más barato. Si estás pendiente de las ofertas y compras con cabeza puedes aprovechar preparar más cantidad para varios días. Y si se trata de traer invitados, notarás muchísimo la diferencia entre hacerlo tú o encargarlo todo fuera, que te puede salir por un ojo de la cara. Además, ellos agradecerán el esfuerzo y te salga como te salga, te dirán que está todo buenísimo.
Con una olla, una sartén y un cazo puedes montar una cena para dos por menos de lo que cuesta una hamburguesa delivery.
Salud y seguridad
Cuando tú eliges lo que cocinas, eliges lo que comes. Menos procesados, menos sal oculta, más vegetales, más control sobre los ingredientes.
Y no solo eso: cocinar tú mismo te ayuda a mantener una buena higiene alimentaria y conservar mejor lo que compras.
Disfrute
Cocinar también es una forma de socializar. Puedes improvisar una comida con amigos, sorprender a alguien con una receta que te ha salido rica, o simplemente ponerte música mientras cocinas y convertirlo en tu momento del día.
Cocinar no es un trámite. Puede ser un plan.
Menaje básico: lo que de verdad necesitas para empezar
Olla con tapa
Esencial y todoterreno.
Perfecta para cocer pasta, arroz, legumbres, huevos o verduras al vapor. También te servirá para preparar una crema, un guiso sencillo o una sopa reconfortante en invierno. Una olla bien elegida te acompaña en más recetas de las que imaginas.
Que tenga tapa es importante porque te ayudará a controlar la cocción y mancha menos.
Y si eres muy amante de la pasta, te enamorarás de la olla con tapa escurridora. Vitrinor, con la que te olvidas del colador: cierras bien la tapa, inclinas un poco, y escurres sin miedo y sin manchar nada.
Consejo: elige una de tamaño medio para empezar, con buena base difusora de calor y asas cómodas.
Sartén buena (y que no se pegue)
La estrella del menaje diario. Desde una tortilla hasta un salteado, pasando por pescado a la plancha, huevos, verduras o incluso un bizcocho al horno (sí, hay trucos).
¿Por qué es clave que sea buena? Porque si se pega, acabas frustrado. Y si la antiadherencia funciona, cocinas mejor, más sano (con menos aceite) y limpias en un segundo. Además con una sartén eficiente ahorrarás también tiempo y energía, ya que alcanzarás antes la temperatura ideal para cocinar.
Consejo: escoge una sartén con recubrimiento antiadherente fondo difusor y mango ergonómico. Y si es apta para todo tipo de fuegos, mejor aún.
Cazo resistente y versátil
El gran olvidado que, cuando lo tienes, no puedes dejar de usar.
Sirve para calentar leche, hacer un chocolate caliente, una salsa, un poco de arroz o de quinoa, cocer un huevo rápido, y por supuesto, recalentar sobras.
Consejo: elige uno con buena base y paredes altas, que te permitirá trabajar con diferentes cantidades.
Cuida tu menaje para que te dure (y funcione)
Una sartén buena dura años… si tú la cuidas.
- No uses utensilios metálicos. Mejor silicona o madera para no rayar la superficie antiadherente.
- Evita los cambios bruscos de temperatura. No metas una sartén caliente bajo el grifo frío.
- Límpialas con mimo. No necesitas estropajos agresivos: un estropajo suave y agua caliente hacen el trabajo.
- No las apiles sin protección. Si las vas a guardar una dentro de otra, pon un protector o paño entre ellas.
Y ahora… ¡a practicar!
Con estas tres piezas, puedes empezar a cocinar un montón de platos sencillos, ricos y nutritivos.
¿No sabes por dónde empezar? En la web de Vitrinor encontrarás recetas pensadas para principiantes: rápidas, fáciles y sin complicaciones.
Desde una crema de calabacín hasta unos garbanzos con espinacas, una pasta con verduras o incluso una ensalada templada. Todo explicado paso a paso, con trucos para que te salgan a la primera.
Independizarse es todo un reto. Pero cocinar por ti mismo puede ser la parte más fácil (y gratificante) del proceso.
Con buen menaje, buenos ingredientes y un poco de ganas, no hay receta que se te resista.