La sartén es uno de estos utensilios que todo el mundo tiene en su cocina y que ha pasado a ser un elemento esencial en nuestra vida. La base de nuestra alimentación son los alimentos, sin lugar a dudas, pero seguro que sin sartén, la variedad de lo que comemos sería muy limitada…
No hay casa ni cocina que no tenga, al menos, una pieza. Sin embargo, si echamos la vista atrás para ver cuándo empezó todo, nos tendremos que quedar con la duda ya que no tiene un quién o un cuándo exactos; no es como la bombilla, o el teléfono, cuyos inventores tienen nombre y apellidos.
Si queremos aproximarnos lo máximo posible, nos tenemos que remontar a la Prehistoria. Algunos historiadores apuntan que con el descubrimiento del fuego apareció la cocción de los alimentos. Para ello, se empezaron a utilizar distintos cuencos de piedra para elaborar las comidas. Estos utensilios los apoyaban en el fuego para cocinar, pero no tenían la forma tan característica de la sartén de hoy en día, así que muchos podréis objetar que sea este el verdadero inicio de la sartén.
Las primeras sartenes eran hechas en bronce
Si eres de los que piensan que un cuenco de piedra no cuenta como la “primera sartén”, tendremos que saltar hasta los romanos que desarrollaron un diseño sorprendentemente parecido al que usamos hoy en día (hecho en bronce); sin embargo, la cocina tal cual es actualmente debe su origen a los siglos XVI y XVII, cuando los muebles ya podían sostener encima ollas, sartenes y cacerolas.
La generalización de las cocinas de forma moderna llegó en el siglo XIX y con ellas comenzó la proliferación de las sartenes. La gran revolución llegó durante el siglo XX, años 60, con la llegada de los materiales antiadherentes que supusieron un cambio enorme, aportando muchísima facilidad en el mantenimiento y uso de la sartén.
En 1968, en Guriezo (Cantabria) se construyó la fábrica de Magefesa y actuales instalaciones de VITRINOR, Vitrificados del Norte S.A.L, dónde fabricamos desde entonces sartenes, ollas y demás menaje de cocina con la última tecnología e innovación tanto en los diseños como en los materiales que utilizamos para su fabricación.
Y tú, ¿qué tipo de sartén es tu favorita? ¿Volverías al cuenco de la prehistoria? ¡Cuéntanoslo en nuestras redes sociales!
