Los espárragos trigueros triunfan por su textura crujiente y su sabor potente. Una maravilla para los paladares ya los disfrutes simplemente pasándolos por la sartén, como guarnición o como elemento principal de un entrante.
Es posible que lo que más rabia te cause de cocinar este producto sea cómo queda la sartén después… pero para eso tenemos un truco de cómo limpiar las sartenes que te resolverá el inconveniente. ¿Listos? Vamos a ello.
Receta para preparar espárragos verdes en la sartén
Vamos a comenzar por lo sencillo: unos espárragos trigeros en la sartén. Para ello necesitarás, además de la propia verdura, un poco de aceite, jugo de limón, sal y pimienta al gusto. ¡Y una sartén claro! Te recomendamos usar una sartén de acero vitrificado de Vitrinor como las Siena que evita que los alimentos se peguen a pesar de usar poco aceite, como este caso.
Nos ponemos manos a la obra y cortamos el extremo de los espárragos para que no queden duros. ¿Hasta dónde cortar? ¡Atento a este truco! Coge cada espárrago por los extremos –un poco más abajo de la yema- y dóblalo. La parte por la que se parta será la perfecta.
Después cortamos en tres o cuatro partes cada espárrago. Cuando los tengamos todos troceados, ponemos la sartén al fuego (medio) con un chorrito de aceite (no hace falta mucho). Una vez caliente, agregamos los espárragos y cocinamos durante dos minutos por cada lado.
Es el momento de dar el toque maestro, sazonamos con el jugo de limón, sal y pimienta al gusto. Dejamos un minuto más y listo. Los espárragos no deben de quedar muy suaves, si no crujientes y de color verde intenso.
Esta sería la base perfecta para acompañar cualquier plato o disfrutar como entrante. Pero si esto no te parece suficiente siempre puedes cocinarlos sin cortar y una vez hechos, enrollar tres o cuatro con una loncha de jamón serrano. O hacer un plato más elaborado como unos espárragos trigueros con parmesano y limón; o unas bruschetta de espárragos, queso de cabra y pesto.
Lo cierto es que los platos posibles pueden ser infinitos, pero nada como unos buenos espárragos trigueros tiernos, crujientes y dorados en la sartén.