Cada año, toneladas de comida terminan en la basura mientras que, con un poco de organización e ingenio, podrían haberse aprovechado. Lo mismo ocurre con los envases y residuos de cocina: pequeños cambios en nuestros hábitos pueden marcar una gran diferencia.
Planificación: la clave para comprar con cabeza
El primer paso para evitar desperdiciar comida es comprar solo lo que realmente necesitas. Hacer una lista antes de ir al mercado y planificar los menús de la semana te ayudará a aprovechar mejor cada ingrediente. También es importante revisar la despensa antes de salir a comprar, porque seguro que en el fondo de tu despensa hay algo que puedes usar antes de que caduque.
Aprovecha hasta el último bocado
En la cocina, casi todo se puede aprovechar. ¡Que se lo pregunten a nuestras abuelas! Por ejemplo, con las pieles de muchas verduras, la parte verde de los puerros, ese trozo de zanahoria o cebolla que nos sobró al hacer un guiso y poco más, puedes hacer un rico caldo, y si le añadimos las espinas, cabezas y colas del pescado, lo que nos sale es un fumé estupendo. El pan duro se `puede convertir en torrijas, en un pudin, en pan rallado para las croquetas… La cocina de aprovechamiento en España es todo un campo infinito que merece la pena explorar. Antes de tirar algo, piensa si puede tener una segunda vida en tu cocina. ¡Seguro que sí!
Conserva bien los alimentos para que duren más
Muchas veces tiramos comida porque se estropea antes de lo esperado. Para evitarlo, es fundamental almacenar bien cada alimento:
- Las frutas y verduras duran más si las guardas en el sitio adecuado (no todas necesitan nevera; por ejemplo, los plátanos, tomates y patatas se conservan mejor fuera del frío).
- Los cereales y legumbres se conservan mejor en tarros herméticos, protegidos de la humedad y la luz para evitar que se pongan rancios o cojan insectos.
- El congelador es un gran aliado contra el desperdicio. Si ves que no te va a dar tiempo a consumir algo, congélalo y resérvalo para mejor ocasión.
- Envuelve bien quesos y embutidos para que no se resequen en la nevera. Puedes usar papel encerado o recipientes herméticos en lugar de plástico de un solo uso.
- Las hierbas frescas duran más si las guardas en un frasco con agua (como si fueran flores) o si las envuelves en un paño húmedo en la nevera.
- Las sobras bien almacenadas pueden ser muy útiles. Guárdalas en envases herméticos y etiqueta con la fecha para no olvidarlas en el fondo del frigorífico.
- No laves las frutas y verduras antes de guardarlas. La humedad puede acelerar su deterioro. Es mejor lavarlas justo antes de consumirlas.
- Usa la técnica FIFO ("First In, First Out"). Lo que entra primero en la despensa o la nevera, debe consumirse antes. Organiza los alimentos para evitar que algo caduque sin darte cuenta.
Menos envases, más usos.
El desperdicio no es solo comida: el exceso de plásticos y envoltorios también es un problema. Volver a los envases reciclables como las bolsas de tela o las botellas de vidrio y comprar a granel, es una práctica cada vez más frecuente, y un buen gesto para el planeta. Optar por productos con envases reciclables o reutilizables ayuda a reducir residuos innecesarios. En Vitrinor, trabajamos cada día para que nuestros envoltorios sean más sostenibles y reciclables, porque creemos que una cocina responsable empieza desde el momento en que eliges tu menaje.
Cocinar con conciencia también es disfrutar más.
Reducir el desperdicio en la cocina no significa renunciar a nada, al contrario: significa aprovechar mejor, ser más creativos y darle más valor a cada ingrediente. Con pequeños gestos podemos marcar la diferencia, cuidar el planeta y, de paso, ahorrar. ¿Te sumas al reto del desperdicio cero