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Cocina

jueves, 3 de julio de 2025

Cocina made in USA

Detrás del caos aparente de la cocina estadounidense hay una historia de ingredientes autóctonos, culturas encontradas y mucha imaginación.


Desde los fogones de los diners hasta los food trucks más atrevidos, la cocina estadounidense es un batiburrillo delicioso y sorprendente.

Te invitamos a recorrer esta mezcla deliciosa sin caer en clichés.

La despensa nativa

Antes del primer pavo de Acción de Gracias, ya había cocina en Norteamérica. Las comunidades nativas preparaban platos con maíz, calabaza, judías, pescado y frutos secos, utilizando técnicas como el asado en piedra o la cocción en hojas. Muchos de esos ingredientes se mantienen hoy como base de recetas tradicionales (aunque ahora les añadan bacon por encima).

No solo de hamburguesas vive el norteamericano

Sí, las hamburguesas existen, y están en todas partes. Pero reducir la cocina estadounidense a eso sería como decir que en España solo se come paella. La gastronomía de los Estados Unidos es una fusión de culturas, influencias inmigrantes y peculiaridades regionales, donde conviven las costillas con barbacoa del sur, los bagels neoyorquinos, los tamales tex-mex y los salmones del noroeste como si fueran de la misma familia.

50 estados, 50 cocinas

La llegada de europeos (ingleses, franceses, españoles, alemanes…) cambió la cocina del continente. Los británicos llevaron la costumbre del roast y los pasteles salados; los alemanes, las salchichas; los esclavos africanos, técnicas de fritura y condimentos intensos.

¿El resultado? Un país con cocina del sur con alma criolla, bagels polacos en Nueva York y burritos que nacieron en California, pero juran que son mexicanos.

Cada estado tiene su propia personalidad culinaria. En Luisiana, la cocina criolla mezcla lo francés, lo africano y lo caribeño sin pestañear. En Hawái, el poke no es una moda, es un modo de vida. Y en Maine, no eres nadie si no sabes desarmar una langosta. La cocina estadounidense se parece más a una reunión familiar donde cada primo aporta un plato que a una única receta nacional.

Donuts, sí. Pero también col rizada.

En ningún otro país coexisten con tanto entusiasmo los batidos de col rizada y los bocadillos de pastrami XXL. La cocina estadounidense vive en un tira y afloja constante entre la salud y el exceso. Y lo hace con una naturalidad envidiable. Por eso un mismo supermercado vende tofu orgánico y queso en spray sin sonrojarse.

¿Sabías que Estados Unidos es uno de los principales productores de col rizada del mundo? El país del bacon con sirope también ha dado lugar al culto del kale, la quinoa, los smoothies verdes y las tostadas con aguacate.

Y sí, todo eso convive perfectamente con los marshmallows tostados y las salsas que llevan más azúcar que un pastel de cumpleaños.

El horno, imprescidible

En muchas casas americanas, el horno es el corazón de la cocina. Se enciende para lo grande (el pavo de Acción de Gracias) y para lo mínimo (las galletas caseras del martes por la tarde). También son fans del menaje XXL: cazuelas tamaño piscina, bandejas como palets y sartenes que podrían servir de escudo en una batalla campal.

 

Algunos datos curiosos

  • La ensalada César fue creada por un chef italiano… en México. Aun así, se sirve en todas partes de EEUU como si fuera de la abuela de Nebraska.
  • En algunos estados es normal desayunar tarta. Así, sin rodeos.
  • Existe una cosa llamada “turducken”, que es un pollo dentro de un pato dentro de un pavo. Una receta para gente sin miedo… al colesterol.
  • La hamburguesa con queso nació en Pasadena, California, a principios del siglo XX.
  • El pastel de calabaza es el postre típico del día de acción de Gracias.
  • El Día de Acción de Gracias, el 88% de los hogares enciende el horno.
  • El “mac & cheese” es considerado un plato patriótico, fue introducido por Thomas Jefferson tras un viaje a Europa.
  • El chili con carne es un plato emblemático de Texas, protagonista de concursos y festivales.
  • Se venden más de 250 millones de libras de pepperoni al año en USA, solo para pizzas.
  • La mantequilla de cacahuete tiene club de fans, día oficial… y hasta leyendas urbanas.
  • Los gofres con pollo frito y sirope de arce son un plato icónico del país, una mezcla de tradiciones africanas, europeas y estadounidenses.
  • La barbacoa tiene estilos regionales muy marcados: Kansas City, Memphis, Texas y Carolina.
  • El meatloaf (pastel de carne) fue un plato de subsistencia durante la Gran Depresión.

Menaje para una cocina sin fronteras.

Puede que no sea la más glamurosa, ni la más purista. Pero la cocina estadounidense tiene algo que muchas otras envidian: una enorme capacidad para mezclar, reinventar y no dar nada por sentado. Aquí no hay dogmas. Se fríe, se hornea, se ahúma y se reinventa todo lo que cae en una sartén, sin miedo al qué dirán ni al “esto no se hace así”.

Esa apertura a lo nuevo, esa naturalidad con la que conviven ingredientes dispares, nos recuerda algo importante: que la cocina también es libertad. Libertad para probar, para fallar, para mezclar dulce con salado o servir desayuno para cenar.

Y en Vitrinor, nos gusta pensar que nuestro menaje encaja en ese espíritu: versátil, fiable, preparado para lo que venga. Porque una buena sartén debería servir igual para un mac & cheese que para unas lentejas, para una casa de Austin o una de Almería. Y porque si algo tenemos claro, es que cocinar sin prejuicios siempre sabe mejor.